miércoles, 30 de abril de 2014

En la red




   Como blogger ha decidido que hoy no publicaba mi entrada (mañana me vengaré), hago una pequeña entrada para dejaros los otros lugares por los que transito hablando de libros o de cualquier cosa: twitter incita a hablar sobre absolutamente cualquier cosa, Instagram a fotografiar zapatos y comida, Google+.... bueno, seguro que también incita a algo aunque no lo he cogido el punto.

     Pulsando sobre el nombre de la red está mientrasleo.

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     Muchas gracias y ánimo con el miércoles a quienes no tienen fiesta mañana, o puente. Bueno a los que tienen puente no los odiamos pero sólo por un único motivo: yo también lo tengo.

     PD. Os invito a dejar vuestros perfiles en la red

martes, 29 de abril de 2014

Las tres bodas de Manolita. Almudena Grandes




     "Los envíos empiezan a llegar a Bilbao en 1940, en buques mercantes con pabellón de Estados Unidos de América. Algunos tienen un nombre exótico, de aire anglosajón, como Lehigh o Cold-Hairburg. Otras veces, la palabra pintada en su casco, Artiga, o Capulín, parece de origen sudamericano, más sospechoso por lo familiar, pero este detalle no tiene importancia. La carga que nos interesa nunca pasa por la aduana."

     Leer a Almudena Grandes es un placer. De hecho gracias a su serie Episodios de una guerra interminable, me estoy reconciliando con una temática que me suele resultar árida. Por eso, cuando salió esta tercera entrega no pude ni quise resistirme a traérmelo a casa. Hoy traigo a mi estantería virtual, Las tres bodas de Manolita.

     Conocemos a Manolita, una chica normal y corriente que en 1939 se encuentra con sus padres en prisión y tiene que hacerse cargo de la familia. Así la veremos luchando por sobrevivir en una España difícil, acudiendo a prisión para intentar ayudar a su hermano Antonio metiéndose de este modo en ambientes políticos. La historia, en Madrid, se llena de supervivientes, luchadores y personajes inolvidables.

     Almudena Grandes ya expresó su intención de contar la historia real, aunque se trate de una obra de ficción. Tal vez por eso en este último libro es en el que mejor combina la fórmula al descubrir que el personaje de Isabel es real. Compone en esta tercera entrega una historia coral de postguerra en la que consigue unificar el tono para darnos una visión de conjunto, única pese a las distintas voces. Y si en el anterior libro comenté que la ambientación de los lugares pequeños era uno de los puntos sobresalientes, esta vez se ha ido a una ciudad como Madrid para demostrar que nada se le resiste. Aunque aquí lo que destacan son los personajes, sus luchadores, traicionados, vencedores, traidores... Manolita y sus bodas, Eladia, Isabel, Silverio, Antonio... todos ellos nos van ganando terreno consiguiendo muchas veces que tengamos un nudo en la garganta. Porque la historia, aunque no está exenta de humor, tiene un poso amargo. No busca evitarlo como tampoco busca ser imparcial, y posiblemente eso haga que ganen fuerza todas las pequeñas historias que componen la trama. Las personaliza. Y si hablamos de personalizar y de vivir con sus personajes, tengo que decir aquí que con el permiso de Manolita... yo me quedo con Eladia, un personaje inolvidable.

     Nos deja además a los lectores de la serie desde su comienzo, reencontrarnos con alguno de los personajes ya conocidos como Sanchís o Alfonso, dotando así a su serie de un valor añadido, casi de crónica. Aunque bien es cierto que llegados a este punto es mejor aclarar que no hace falta haber leído los anteriores para embarcarse en esta aventura.

     Almudena, como siempre, se extiende, quizás demasiado para gusto de algunos, pero no se hace pesada en ningún momento. Nos deja esta vez un cambio de ambiente en una historia con pequeños saltos en la que hay también hueco para pequeñas alegrías. Un libro que he disfrutado mucho y que comienza presentando muchas historias y en distintos momentos para ir componiendo un mosaico perfectamente tejido por el que ha sido un placer dejarse llevar y de la que, tengo que reconocer, me está costando no desvelar pequeños detalles que me encantaría ir comentando pero podrían daros demasiadas pistas.

     Sé que suelo decir que me cuesta meterme a leer series, ya que luego quedo pendiente a la espera de la siguiente publicación. Pero es inevitable caer de vez en cuando. Y vosotros, ¿sois más de sagas o de libros autoconclusivos?

     Gracias

lunes, 28 de abril de 2014

El inocente. Gabriele D'Annunzio




     "Mis primeros recuerdos son estos.
     Era abril. Hacía algunos días que estábamos en provincias, Giuliana, nuestras dos hijas María y Natalia, y yo mismo, para pasar las fiestas de Pascua en casa de mi madre, en un antiguo y gran caserón de campo llamado La Badiola. Corría el séptimo año de nuestro matrimonio."

     Tengo una pequeña colección de libros que estoy segura son un tesoro. Por su cubierta, por su cuidado, por sus historias. Editoriales que miman los libros y también a sus lectores. Esas me gustan. Hoy traigo a mi estantería virtual uno de esos libros: traigo, El inocente.

     Conocemos a Tullio Hermil, un hombre aristócrata que parece tenerlo todo, incluida una mujer muy hermosa y dos hijas que completan una familia casi perfecta. Casi porque parece que no le resulta suficiente y se siente atraído por los placeres de la carne, provocando el sufrimiento de su mujer con sus infidelidades. Arrepentido, redescubre el amor hacia su esposa y con él el temor a haber sido traicionado, y lo hace de una forma obsesiva al comprobar que su mujer mantiene una distancia física insalvable. Ello lo llevará por el tortuoso camino de la certeza no confirmada hasta llegar a trastornarlo.

     Esta vez tomamos el camino de las obsesiones y de los miedos, para descubrir a un hombre que se deja llevar por ellas. El personaje de Tullio es realmente perturbador, visceral en sus sentimientos y exagerado en sus reacciones. Pronto nos sentimos irremediablemente atraídos por la naturaleza de sus reflexiones sin tener del todo claro hacia dónde nos van a llevar, temiendo el camino que va tomando. Vemos el sufrimiento que tiene y también el que causa, y como se va convenciendo entre torrentes de pensamientos y de palabras que nos llegan con una fuerza que nos provoca incluso temor. Consigue de este modo Gabriele atarnos a su historia con la necesidad de conocer un desenlace incierto que acaba por convertirse en un golpe de efecto en las últimas páginas en este libro en el que desnuda completamente a sus personajes.

     Me ha llevado este libro además a conocer a un hombre cuya ajetreada vida me ha parecido sumamente interesante; pasó por guerras, tiró octavillas minando la moral de los combatientes, tenía amantes reconocidas y presumía de ello sin pudor alguno, se arruinó y se recompuso... una vida a la que también os recomiendo asomaros en las primeras páginas de este libro.

     Hoy traigo una historia de miedos que ciegan escrita con una belleza que nos obliga a releer alguno de sus párrafos, con un lenguaje a ratos florido que nos recuerda tiempos pasados en la literatura sin quedarse por ello desfasado. Y si os gusta el cine siempre podéis disfrutar de la adaptación realizada por Luchino Visconti en 1976.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias

viernes, 25 de abril de 2014

Sapphira y la joven esclava. Willa Cather



      "Henry Colbert, el molinero, desayunaba siempre con su esposa; más allá de esto, sus apariciones en la mesa familiar eran irregulares. A la caída de la tarde, cuando llegaba la hora de la cena, solía demorarse en el molino. no obstante, siempre se disponía un servicio para él en la mesa, y él podía acudir o bien mandar a uno de los peones de molino para que le llevase una bandeja de la cocina. Al ama, sin embargo, se la servía puntualmente. Y ella jamás preguntaba por su marido ni por dónde paraba."

     Me he dado cuenta de que había liberado un libro cuya reseña aún no estaba subida. Puesto que lo liberé con el placer de haber disfrutado de su lectura, no podía faltar aquí. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Sapphira y la joven esclava.

     Conocemos a Sapphira, una mujer acostumbrada a dominar, implacable, una señora que aún mantiene esclavos en un momento en el que cada vez es más difícil de justificar y con un marido y una hija que no terminan de aprobarlo. En su casa hay una joven de piel amarilla, de padre desconocido aunque con una sospecha no confirmada, que marcará una diferencia en los últimos años de la casa de esta mujer y su marido el molinero.

     Willa Carther tiene una forma de escribir preciosa y certera con la que es capaz de componer una suerte de panorámica de sus libros, de tal forma que si pudiéramos girar la cabeza al terminarlos, tendríamos la sensación de estar ante un enorme cuadro en el que apreciar cada detalle por mínimo que fuera. En este caso y a través de Shappira y su puñado de esclavos asistiremos a la decadencia de un estilo de vida condenado a desaparecer. Y lo haremos de una forma poco habitual. No nos hablará aquí de penurias, ni de latigazos y hombres y mujeres sometidos a la fuerza que miran las estrellas cada anochecer, no. Nos encontramos con una historia serena, en una buena casa en la que viven personas: unas acostumbradas a mandar y otras a obedecer, personas que han aceptado sus roles hasta considerarlos normales y sentirse cómodos en ellos. Y percibimos el cambio: las generaciones nuevas, las desgracias que van llegando, la negación de una forma de vida que va quedando obsoleta, nos van abriendo el camino hacia el cambio que sufrió esa parte del mundo. Y lo hace a través de la tortuosa relación entre esta mujer y una joven esclava de tez amarilla que dejará al descubierto sus inseguridades; y tampoco lo hará levantando la barbilla desafiante, no hace falta. Las inseguridades de esta mujer, enferma, se irán revelando a medida que avanza la historia y vamos viendo los cambios que se producen en ella y como repercuten en la casa como si fueran un símbolo de lo que sucedía realmente en la sociedad en ese momento. Una sociedad con un sector enfermo de esclavitud que parecía temer a quienes tenía sometidos y que tuvo que ceder al cambio.

     Muchas veces, los pequeños universos son el reflejo perfecto de la sociedad, y eso hace precisamente Willa dejándonos personajes entrañables que van desde el marido silencioso y la hija concienciada hasta la cocinera que busca lo que echar en cara para sentirse superior. Una historia hermosa en sus formas y en su fondo contada con un tono que no podemos dejar de notar que tiene mucho de personal. Una escritora luchadora, íntima, y que nos dejaba una prosa desnuda en la que los silencios si es que puede haberlos en las letras, nos dicen tanto como lo que la tinta va marcando entre ellos. Y eso es algo que se nota cuando la lectura se paladea, degustando cada coma.

     Y vosotros, ¿os adentráis en libros que abordan temas como la esclavitud o lo dejáis para las archiconocidas películas?

      Gracias

jueves, 24 de abril de 2014

Gracias


     Y si ayer proponía liberar libros, hoy tengo que dar las gracias a las personas que se animaron a hacerlo conmigo.


     Zazou, de Bibliomanías y otros desvaríos, que desde el primer momento dijo que le parecía una gran idea.








     Marilú Cuentalibros que se apunta a un bombardeo (gracias, gracias... prometo seguir pinchando con fotos de libros).








     Ana Blasfuemia, de Lo que leo lo cuento que hizo gala del nombre de su blog y, no sólo se apuntó, sino que nos regaló una crónica del momento y la recogida.






     Bea, de Mis sensaciones literarias. Toda una sorpresa y una alegría que decidiera unirse









     Si que edito, Nesa, desde su Rincón de Nesa, ha liberado también un libro. Y ahora que no me lee os confesaré algo. El día que sus historias estén a la venta, prometo ser la primera en liberar una.






     Creo que no me dejo a nadie, pero me encantaría modificar esta entrada y seguir poniendo personas y libros. De verdad, gracias, sois los mejores. ¡Ah!, y me he apuntado un montón de vuestras recomendaciones.

   
     Caramba, pues si que me dejaba a alguien. Este es el libro que liberé yo bien prontito, por la mañana. Y claro, a esas horas olvidé hacer la foto de la dedicatoria que escribí en un post it, por si lo cogía alguien que no lee, que lo pueda regalar a gusto.... o algo así. A esas horas de la mañana tenía mucho más sentido que ahora cuando lo escribo.






     Ayer fue el Día del Libro, yo me traje Ávidas pretensiones y La rubia de ojos negros. Y vosotros, ¿os llevasteis algún libro a casa?

     Gracias

miércoles, 23 de abril de 2014

Libros




     Desde que el hombre aparece sobre la tierra ha tenido la necesidad de comunicarse. No ya con quien tiene a su lado, sino de hacerse inmortal a través de su obra, y de contar historias. Así desde las pinturas rupestres hasta hoy, miles han sido las formas de transmitir historias de generación en generación, ya fuera en piedras, papel o tapices. Pero sin duda, la forma más revolucionaria de todas es el libro. Por eso el Día del Libro es mucho más que la fiesta de la lectura del ocio y del placer. Vivimos rodeados de libros sin darnos cuenta: prensa, cartillas para leer o escribir, novelas, diarios propios o ajenos... forman parte de nuestra vida. Y, al igual que nosotros mismos, también el libro ha evolucionado. Recuerdo cuando descubrí los libros esos de realidad "Ojo mágico", y que los odio, sigo sin ser capaz de ver nada en ellos... o cuando aparecieron los libros para Dummies o la fiebre de la autoayuda, de la dieta Dukan en verano y de tantas otras modas que nos han acompañado desde aquel primer día que nos pusimos a buscar a un eternamente extraviado Wally.

     Con el tiempo depuramos gustos, placeres por un género u otro. Nos inclinamos hacia la novela negra o romántica, histórica o terror, nos acercamos a la poesía, a veces incluso al teatro, recuperamos clásicos, descubrimos nuevos nombres que pronto se convertirán en viejos amigos... y así nos va y así leemos. Y ahora nos hablan del libro digital y yo sigo llevando un libro de papel en el bolso y, si bien es cierto que los transportes empiezan a dejar ver libros digitales (lectores en realidad) el libro en papel sigue estando presente y ese va a ser la estrella de hoy.

     ¿Mi recomendación para hoy? es fácil. Id a una librería, o a una biblioteca en función de gustos y posibilidades. Paseemos los dedos sobre los lomos, acariciándolos despacio como si la tinta pudiera penetrar por los poros de nuestra piel y susurrarnos sus secretos hasta que uno de ellos nos grite: ¡Cógeme! y llevémoslo a casa, a poder ser junto a otro que regalemos a alguien que no suela leer mucho. Es fácil regalar a quien lee pero un verdadero placer ver a quien no es lector habitual sumido en las páginas de una buena historia, devorándola con interés. Y sobre todo, no olvidemos leer el libro que nos hemos llevado a casa. Que no caiga el polvo sobre su cubierta, que no quede olvidado entre un montón de libros que no son más que papel colocado para adornar un estante, que no queden mudos sus personajes por falta de unos ojos que les pongan voz. Porque lo bonito de este día, no es comprar un libro o recibir una rosa; lo bonito es saber que nos llevamos a casa otras vidas que nacen cuando pasamos las páginas y se quedan en un estado de permanente suspenso cada vez que las cerramos. Conocer a quien nos aguarda impaciente para relatarnos al oído sus aventuras y sinsabores o, por qué no, sus mayores secretos. Esos que no le ha revelado jamás a nadie porque nos estaba esperando justamente a nosotros. Mi recomendación para hoy es fácil: simplemente lee.

     Mi propuesta personal para hoy es liberar un libro en mi ciudad. Comentaba el otro día que sería bonito que cada bloguero hiciera lo mismo y, con todos los blogs literarios que existen, llenásemos las calles de nuestra particular pasión y los muros con las fotos de los libros que hemos liberado. Sólo uno, no hace falta más, simplemente sumar. Como entiendo que es difícil o que tal vez no os apetezca desprenderos de un título, os pediré algo mucho más fácil:
     Hoy soy yo la que os pide que me dejéis un título para recomendar. Da igual si lo habéis visto ya en este blog o no; otra persona llegará a leer la entrada y tal vez se fije en el libro recomendado en un comentario. Qué mejor manera de celebrar el Día del libro que recomendar una buena lectura. Así que decidme; ¿qué libro recomendáis?

     Feliz Día del Libro.

     Gracias


martes, 22 de abril de 2014

Traficantes de milagros y sus métodos. Harry Houdini




     " "El asombro -decía Samuel Johnson- es el efecto de la novedad sobre la ignorancia. " Así y todo, nuestra naturaleza es tal que de no tener nada de lo que asombrarnos hallaríamos la vida poco merecedora de ser vivida. Ese hecho no convierte la ignorancia en gozo, ni en temeraria la sabiduría. Pues ni el más sabio de los hombres evade el alcance de la novedad, ni puede presumir de saberlo todo; al contrario, cuanto más sabio se hace mayor es la capacidad que tiene de captar con claridad lo mucho que ignora. Cuanto más sepa, mayor será su capacidad de asombro."

     Trapecista, contorsionista, escapista... mago. Todos conocemos a Harry Houdini y uno nunca es lo suficientemente mayor como para no mirar determinados trucos de magia. Hay cosas que parece nos hacen volver a la infancia, y la magia cuando consigue hacernos olvidar que existe truco, es una de ellas. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual. Traficantes de milagros y sus métodos.

     Es imposible hablar de este libro sin nombrar a su ilustrador, Iban Barrenetxea, que convierte esta lectura en una experiencia inolvidable. En el libro descubrimos a un Houdini observador y aficionado a la magia como el que más. No deja de reconocer que él sabe los trucos de lo que asombra a otros, y de este modo, dispuesto a compartir sus pasiones, escribe la historia de los magos que más admiración causaron en su momento.
     Pronto descubrimos que, si bien el escapismo nos ha llevado a leer este libro (al menos a mi), Houdini nos va a contar de lo espectacular del tragafuegos o del tragasables. Maravillas imposibles que fascinaban a miles de personas y llenaban salas entre los que incluso se encontraba un español.

     Más que una historia Houdini hace un recorrido meticuloso por los más espectaculares trucos, acompañándolos de descripciones en la prensa y contando su técnica. Desvelando el misterio que todos buscamos cuando seguimos mirando boquiabiertos un escenario en el que lo imposible se ha hecho real.

     Tengo que decir que he disfrutado de la lectura: un mago viendo a otros magos. Pero sobre todo, he disfrutado de una edición que considero una auténtica joya de lo que bien pudiera ser una tesina de época.

     Y vosotros, ¿aún sois capaces de quedaros boquiabiertos ante un truco de magia?

     Gracias

     Si no os ha convencido que os hable de ilustraciones, mirad el magnífico trabajo de Iban Barrenetxea:


lunes, 21 de abril de 2014

Una postal de 1939. Marcella Dischkl




     "Por regla general, en todas las clases, entre la masa amorfa de los no suficientemente identificados, hay un listo y uno que hace reír. Nosotros estábamos bien surtidos de ambas especialidades. Listos había más de uno, tanto entre las chicas como entre los chicos; y también los que hacían reír se esparcían en gran número aquí y allá con arreglo a la ley de la compensación.
     El campeón de estos últimos (de los primeros no hablo porque en general son más bien aburridos), el campeón absoluto y sin competencia posible, era Bertoli Armani."

     De un tiempo a esta parte siento una clara predilección por los libros de esta editorial. Sus títulos y portadas me resultan atractivos y me cuesta visitar una librería sin salir con uno debajo del brazo. Hoy traigo a mi estantería virtual Una postal de 1939.

     En este caso es la propia autora del libro la que recuerda sus tres últimos años en el Liceo Dante de Florencia. A través de sus recuerdos veremos como eran las relaciones en esta difícil época, el crecimiento hacia la vida adulta, los abusos de poder de profesores a alumnos y como un suceso supuso un punto de inflexión en la vida de esta mujer.

     Que no nos engañe el tono frívolo que abre esta historia de iniciación a la vida adulta. Poco a poco, sin que nos demos cuenta, perderá el humor para mostrarnos un retrato perfectamente nítido de la adolescencia de finales de los años 30 en Italia. Comportamientos, costumbres y la influencia del momento político que vivían quedan relatados en este puñado de páginas con la nitidez de una instantánea. Y así poco a poco vamos conociendo los sentimientos de la adolescente que madura, que se desdobla entre el niño y el adulto y percibe las injusticias de uno y otro lado. Conocemos la sensación de querer desafiar y que el miedo la paralice, de la grandeza del primer amor y como la madurez se va abriendo paso poco a poco para ir formándonos el carácter. Conocemos al tirano que hace que la joven se sienta esclava y muda y como la sangre le pide levantar la mirada cada vez un poco más, y apoyamos este sentimiento como si fuera propio recordando nuestras propias luchas de hace ya mil años.

     De este modo acompañamos a Marcela preguntándonos que sucederá, cuál es ese percance que le supuso un cambio tan radical en su vida y si realmente fue tan importante o si se trata de uno de esos detalles insignificantes que provocan que se mueva el mundo. Y ahí es el punto en el que cobra importancia el título, y también los detalles. Como una gota que hace rebosar un vaso casi lleno.

     En conjunto me ha gustado esta historia en la que nos hablan de crecimiento y en la que pocos sucesos de vital importancia nos relatan. Como bien dice la propia autora, cualquier cosa que sintiera como vital iba a quedar eclipsada poco después con las preocupaciones de la guerra. Pero esa es otra historia, que no sucedió motivada por ninguna postal.

     Toda una sorpresa. Un libro más que recomendable. Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias

martes, 15 de abril de 2014

La analfabeta que era un genio de los números. Jonas Jonasson


     "De una chica en una chabola y del hombe que, una vez muerto, la sacó de allí.
     En cierto modo, los vaciadores de letrinas del mayor barrio de chabolas de Sudáfrica eran afortunados. Al menos tenían trabajo y un techo bajo el que cobijarse.
     En cambio, desde un punto de vista estadístico no tenían futuro. La mayoría moría joven de tuberculosis, neumonía, disentería, drogas, alcohol o una combinación de todo ellos y pocos podrían celebrar su cincuenta cumpleaños."

     Si con El abuelo que saltó por la ventana y se largó ya nos había llamado la atención, era difícil resistirse a repetir con este segundo título. Confieso que con un poco de miedo a encontrar más de lo mismo, no tardé en lanzarme a el título que hoy traigo a mi estantería virtual. Se trata de La analfabeta que era un genio de los números.

     Conocemos a Nombeko, una  niña huérfana que limpia letrinas en un gueto de Johannesburgo durante el apartheid.  Pronto busca a quien la pueda enseñar a leer y escribir para intentar mejorar su vida conociendo a un anciano que, al morir, dará la vuelta al destino de esta joven. Veremos como Nombeko coge un saco de gemas que el anciano tenía escondido y como, al huir, es atropellada por un hombre blanco y declarada culpable del accidente, teniendo de este modo que trabajar para el hombre. Este hombre resulta fabricar bombas, y decide aprovecharse de las capacidades intelectuales que demuestra nuestra protagonista. La acompañaremos en su aventura al escapar junto a una bomba y a su llegada a Suecia, momento en el que empezará su periplo para intentar deshacerse de su peligrosa compañera de viaje.

     Jonasson repite fórmula escogiendo un personaje improbable con una historia inverosímil en la que el viaje, las carambolas y la sonrisa son los puntos fuertes. Sin embargo hay grandes diferencias entre el abuelo y Nombeko. Si él era egoísta y malhumorado, ella es inteligente y viva y se enfrenta a una lucha en un mundo francamente desigual.
     Comienza con una visión de un mundo horrible, en la que busca el humor negro para que el lector sobreviva mientras su joven protagonista intenta salir de allí y, poco a poco, deriva el libro hacia la narración ágil, la parodia incluso, el absurdo, a través del cual tomamos posiciones privilegiadas para convertirnos en un lector con una sonrisa permanentemente colocada en la cara.
       El acierto de colocarnos en Suecia, de poner a la realeza, espías y ladrones en sus páginas, se traduce en una lectura divertida y desenfadada con una crítica presente que poco a poco nos hace mella en medio de este periplo. Y es que, si algo ha demostrado el autor, es que es el rey del periplo imposible y que todo es posible en sus libros.

     Hoy empezaba hablando de si es comparable este libro con la primera de sus obras y la respuesta es un sí rotundo. Sin embargo, eso no significa que no haya construido una historia que nos pueda hacer disfrutar. Superados los puntos comunes, no tienen mucho que ver en los detalles (y a fin de cuentas un viaje es un enorme conjunto de detalles) y Nombeko es un personaje con el que podemos sentir mucha más afinidad y a la que rodeará en algunos momentos de nombres que nos harán levantar una ceja.

      No tengo ninguna duda al deciros que es una lectura pensada para hacernos disfrutar y que llama la atención incluso en su título. Personalmente reconozco que me gusta su estilo fresco y desenfadado con el que demuestra que del frío pueden llegarnos muchas cosas además de novela negra.
     Por cierto, decidme una cosa, ¿vosotros sois de los que juzgáis un libro.... por su título? Yo reconozco que hay ocasiones en las que no puedo evitarlo.

     Gracias

     PD: Habrá un descanso festivo hasta el próximo lunes.
     Aprovechemos para hacer aquello que más nos gusta: leer. Así a la vuelta tendremos muchos libros que comentar. Y si por el camino se os ocurre alguna idea que podamos llevar a cabo... soy toda ojos.
     Disfrutad.

lunes, 14 de abril de 2014

El mundo de ayer. Stefan Zweig



     "Nací en 1881, en un imperio grande y poderoso -la monarquía de los Habsburgos-, pero no se molesten en buscarlo en el mapa: ha sido borrado sin dejar rastro. Me crié en Viena, metrópoli dos veces milenaria y supraracional antes de que fuese degradada a la condición de ciudad de provincia alemana. En la lengua que había escrito y en la tierra en que mis libros se habían granjeado la amistad de millones de lectores, mi obra literaria fue reducida a cenizas. De manera que ahora soy un ser de ninguna parte, forastero en todas; huésped, en el mejor de los casos. También he perdido a mi patria propiamente dicha, la que había elegido mi corazón, Europa, a partir del momento en que ésta se ha suicidado desgarrándose en dos guerras fratricidas."

     Hay autores que no me canso de recomendar y uno es este que os enseño hoy. Me gusta su estilo, la facilidad para transmitir sentimientos en sus palabras, la extensión medida de sus obras que hace que no se tenga nunca la sensación de leer "relleno". Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El mundo de ayer.

     Decir que el libro que hoy traigo es una biografía es quedarse corto. Zweig nos regala aquí un relato de toda una generación ya que le importa más el contexto de su vida que los detalles de la misma. Vemos así los momentos de prosperidad previos a la Primera Guerra Mundial, y el primer golpe de los dos que recibiría Europa. Zweig nos desgrana una Europa firmemente ligada a la cultura, no en vano fue un hombre que vivió impregnado de ella, nos habla de su vida en el periodo entreguerras y luego su situación de judío ante la Segunda Guerra Mundial. Lo acompañaremos en su paso de autor más vendido a ver su obra quemada en Alemania y no podremos evitar sentir que es la propia Europa la que está en decadencia.

     Comenzaba diciendo que encarar esta lectura pensando que estamos ante una biografía es limitarla. Y así es. Escrita poco antes de su suicidio, es cierto que Zweig nos va desgranando su vida, su educación, su pasión por el mundo cultural y como, por ejemplo, le gustaba coleccionar autógrafos de sus autores más admirados. Pero no trata simplemente de eso. Lo que hace es recoger el testigo de una generación que vivió una época que marcaría la historia contemporánea. Vivió en primera persona la fragmentación y las consecuencias de dos guerras hasta el punto de tener que huir de Hitler en la segunda, y nos deja el testimonio de un hombre herido por la historia. Tampoco olvida los avances, si fue un siglo de guerras también lo fue de avances en la ciencia y la tecnología, casi de auténticas revoluciones. Y nos hace de este modo pensar en nuestra propia generación y los momentos que nos toca vivir.

     Zweig no escribe invitando al odio o al desprecio pese a algunos momentos que relata, sin embargo no puede evitar dejarse llenar de tristeza o nostalgia de ese mundo que lo vio nacer y así lo vive el lector en la maravillosa experiencia que supone sentarse escuchar a este hombre cuya vida estuvo repleta de acontecimientos.

     Por si aún no os habéis dado cuenta, os recomiendo firmemente la lectura de El mundo de ayer. Como curiosidad, como experiencia gratificante, para conocer a Zweig o para conocer un poco de la historia más reciente. O por todos esos motivos juntos.
     Y vosotros, ¿Con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias

     PD. Por si seguís con dudas por eso de biografía, que tanto asusta a muchos lectores, os dejo una frase del propio libro:

     "Jamás me he dado tanta importancia como para sentir la tentación de contar a otros la historia de mi vida."

viernes, 11 de abril de 2014

La balada del café triste. Carson McCullers


     "Ante todo, el amor es una experiencia compartida por dos personas, pero esto no quiere decir que la experiencia sea la misma para las dos personas interesadas. Hay el amante y el amado, pero estos dos proceden de regiones distintas. Muchas veces la persona amada es sólo un estímulo para todo el amor dormido que se ha ido acumulando desde hace tiempo en el corazón del amante. Y de un modo u otro todo amante lo sabe. siente en su alma que su amor es algo solitario. Conoce una nueva y extraña soledad, y este conocimiento le hace sufrir."

     Puede que McCullers no sea tan conocida como otros autores de la época pero basta acercarse un momento a sus letras para caer rendido a ese tono tan especial que las imprime. Esa sensación de cuento real, de realidad sin endulzar pero relatada con una suerte de aura que la convierte en una lectura deliciosa. Tengo que decir que incluso los títulos de sus obras poseen ese tono. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La balada del café triste.

     Conocemos a Amelia, Miss Amelia como la llaman todos. Una mujer de sobra conocida en un pueblo sureño decadente en los años 50. Respetada por todos, solitaria y fuerte como un hombre, lleva un almacén con la misma mano férrea que dirige su vida. De hecho, el único episodio discordante entre tanto orden fue su boda hace ya años que no duró más de diez días. Del marido se sabe que ha estado preso. El discurrir tranquilo se verá alterado por la llegada de un primo de Amelia, jorobado, que marcará el comienzo de lo que allí sucedió.

     Si ayer comentaba que me cuesta hacerme con las historias de amor hoy traigo un relato largo o novela corta que me ha cautivado. Listo para ser leído de una sentada McCullers nos presenta un pueblo cualquiera en el que poco a poco nos va haciendo más nítidos a sus personajes. Y lo hace con unas frases francamente hermosas.
     Marvin, marido de Amelia, Lymon, el primo recién llegado, y la propia Amelia componen el grueso de esta historia de soledad y fantasmas que nos enseñan como las personas cambian en función de quien se les puede acercar. Porque el absoluto protagonista es la soledad. La perdida cuando llega el amor, la encontrada cuando se va y como nos va afectando a cada uno. En apenas unas pocas palabras la autora consigue componer cuadros completos de sentimientos que van de la protección a la envidia, del temor al engaño... y sobre todo nos habla de los sentimientos y las reacciones que provoca el amor. Como cambia a quien se encuentra bajo su influjo aunque no se de cuenta.
     El amado teme y odia al amante y con razón; pues el amante está siempre queriendo desnudar al amado, aunque eso no le cause más que dolor.

     Amelia amó a Marvin quien parecía bueno hasta que dejó de amar o tal vez de ser amado, y ella se hizo fuerte en ese momento. Y cuando parecía volver a amar a su primo se suavizó con otro tipo de amor, más cercano, pero eso no lo hizo mejor a él. ¿Y si ahora vuelve a escena el marido? McCullers nos habla de amor en muchas formas y lo hace sin usar azúcar salvo para quitar el amargor de los dientes.
     Me ha parecido una historia hermosa, triste, melancólica y con regusto a buena literatura. Cada palabra en su sitio y un sitio para cada palabra. Un placer volver con McCullers. Si aún no os habéis acercado a sus letras, esta es una muy buena opción y no os preocupéis por el final... aparece justo en la primera página. Y lo hace aumentando el interés del lector.

     Os he contado mi experiencia con las historias de amor. Y a vosotros, ¿os gustan las historias de amor?

     Gracias

jueves, 10 de abril de 2014

¡Melisandre! ¿Qué son los sueños?. Hillel Halkin



     "Cuando Jerome Spector me divisó a los lejos sentado en una cafetería del aeropuerto de Madrid, llevaba sin verlo dese la ceremonia de graduación del instituto. Él iba camino de Singapur, ataviado con un traje de tres piezas y gafas con montura dorada y seguía siendo el mismo pelmazo alegre que yo recordaba.
     Lamenté que me hubiera reconocido."

     Si alguien me preguntara qué fue lo que me atrajo de una forma tan inmediata de este libro, creo que no sbaría responder. el caso es que desde su salida, Melisandre me pareció una oferta muy atractiva. Casi incluso sin conocer su argumento ya me sonaba musical esa palabra. Y al final, evidentemente, me lo traje a casa. Hoy traigo a mi estantería virtual, ¡Melisandre! ¿Qué son los sueños?

     Conocemos a Hoo, un profesor de Filosofía que nos relata ya desde la madurez lo que ha sido su vida y qué ha quedado en el del joven adolescente que un día fuera. Partiendo de esa juventud nos presentará a quienes fueran no solo sus mejores amigos, sino las personas que marcaron su vida: Ricky y Melisandre, Mellie. Un triángulo hasta cierto punto, con tres formas diferentes de ver y enfrentarse a la vida.

     Ahora que lo pienso, creo que lo que me atrajo de la historia fue que se desarrollase en los años cincuenta, el macarthismo, y ese permanente tufo a literatura que destilaba su argumento. Porque la literatura es un tema constante que salpica esta obra. Nos presenta así el autor a tres amigos inseparables, dos chicos y una chica, que se ven irremediablemente atraídos por lo tópico. Ellos dos parecen enamorados de la misma chica, su compañera inseparable. Y no lo digo como una queja, de hecho la vida suele ser bastante tópica en ese sentido. El tiempo pasa y las diferencias entre Ricky y Hoo van siendo cada vez más acusadas, se ven menos (posiblemente que la chica eligiera a Ricky tras una fiesta adolescente tuvo algo que ver con esa fisura que comenzó a crecer) y cuando Ricky va a la India a encontrarse, pasan años sin verse. Pero la vida, una vez más, es caprichosa y con el paso de los años y los reencuentros, es ahora Hoo quien tiene una relación con su idolatrada Mellie. Y aquí la novela se convierte en una historia de amor salpicada de pequeños detalles a modo de notas escritas para recordar cualquier banalidad y olvidadas en un libro. La historia se convierte en una idea tópica contada con buen gusto pero ya no consiguió aportarme más, quizás por conocer el final desde casi las primeras páginas, o tal vez porque el final al que preveía aventurarme era simplemente el de la resolución de una historia de amor que nunca consiguió calar del todo en mi.

     A estas alturas, si os digo que no me ha convencido no os descubro nada. Las historias de amor necesito creerlas para poder seguir con ellas adelante sin caer en la desidia por la lectura que las relata. Sin embargo si que me gustaría en este caso destacar lo hermoso del libro, que son sus formas sutiles, sus pequeños detalles cotidianos que casi parecen metáforas. No creo que Melisandre sea una mala lectura en absoluto; simplemente pienso que no es un libro para mi. Y ahí no puedo evitar que me de rabia pensar que no he sabido aprovechar una historia.

     Y vosotros, ¿no os pasa a veces que un libro no os llega y no sois capaces de haceros con él?

     Gracias

    PD Os diré como curiosidad que el autor ha publicado su primera obra, esta que hoy os traigo, a los 73 años. Nunca es tarde.

miércoles, 9 de abril de 2014

El pasillo de la muerte. Stephen King




     "Todo ocurrió en 1932, cuando la penitenciaría del estado aún estaba en Cold Mountain. La silla eléctrica también estaba allí, por supuesto.
     Los internos hacían chistes sobre la silla; la gente siempre hace bromas acerca de las cosas que le asustan pero no puede controlar. La llamaban la Freidora o la Gran Licuadora. Bromeaban sobre la cuenta de la luz o la posiblididad de que el alcaide Moores preparase allí la comida del día de Acción de Gracias, ya que su esposa, Melinda, estaba demasiado enferma para cocinar."

     Muchos de vosotros conoceréis esta historia por la película La milla verde, pero yo la asocio inmediatamente a la primera vez (y única creo) que compré una novela por entregas y a la sensación casi nerviosa de espera que se me antojaba eterna para conseguir la entrega semanal. Hoy traigo a mi estantería virtual, El pasillo de la muerte.

     Conocemos a Paul Edgecombe, ex guardia de seguridad de la prisión Black Mountain. Su trabajo estaba concretamente en el bloque de los condenados a muerte. Paul recuerda como llega al penal un hombre de color enorme llamado John Coffey, un hombre que además de parecer tener algún tipo de discapacidad, demuestra una suerte de poderes sobrenaturales que cambia la vida en el bloque E.

     Recuerdo perfectamente cada uno de los personajes de este libro. Recuerdo la compasión que me hizo sentir Coffey, a quien no pude dejar de ver como un niño escondido tras un enorme disfraz deseoso de ayudar pese a ser un condenados más por unos asesinatos terribles, y recuerdo como esperaba página tras página creer en su inocencia; recuerdo a Paul y su acercamiento, su miedo en un trabajo tan atroz; y al alcaide con su mujer enferma y su desesperación. También a otros reclusos, no muchos, apenas dos o tres, y las miradas furtivas, los secretos, los gritos y los horribles crímenes; y recuerdo a Percy, el guardia que bien merecía ser preso por lo terrible de sus actos. Porque si algo tiene esta novela son personajes difíciles de olvidar. No uno ni dos, sino todos ellos. De hecho... creo que todo aquel que se acercó a esta historia recuerda incluso a un pequeño ratón.

     Stephen King se sitúa en un escenario terrible, la espera de una ejecución para regalarnos una magnífica historia llena de reflexiones sobre la vida y la muerte que consiguen intranquilizan a un lector que no puede evitar sentirse agobiado, enfadado o conmovido. No creo que se pueda catalogar directamente como terror, ya que no llega a producirnos esa sensación y las partes más sobrenaturales están tan perfectamente encajadas que son aceptadas sin extrañeza alguna. He comentado ya en varias ocasiones que King demuestra muchas veces una potencia narrativa magnífica, que de hecho parece ser el lado hacia el que se inclina últimamente dejando de lado el terror más explícito de sus primeras obras, y posiblemente El pasillo de la muerte sea la primera muestra de esto que os comento.

     Como siempre, contiene más el libro que la película así que os animo a leerlo en cualquier caso. Es una historia que no deja indiferente a nadie, con una trama sólida que va más allá de un simple desfile de buenos y malos.

     Y vosotros, ¿alguna vez habéis leído una novela por entregas?

     Gracias

martes, 8 de abril de 2014

Claroscuro. Nella Larsen




     "Aquella era la última del delgado montón de cartas que componían el correo matinal de Irene Redfield. Después de las otras, corrientes y dirigidas con claridad, el sobre largo de fino papel italiano con su garabateado casi ilegible resultaba exótico y fuera de lugar. Tenía, además, algo misterioso y hasta cierto punto furtivo; era un objeto sutil y artero, sin un remite que delatara al que la enviaba."

     La primera vez que supe de esta mujer fue leyendo unas cartas de Lorca y ya me llamó la atención. Tuvo que pasar aún bastante tiempo hasta que me tropezara en la librería con la edición de la fotografía y, debido a su corta extensión, me decidí a probar. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Claroscuro.

     Conocemos a Irene Redfield, una mujer negra de clase media que vive en Harlem. Su rasgo más llamativo es el color de su piel, que la permite hacerse pasar por una mujer blanca para acceder a determinados locales vetados a la gente de color. En una visita a Chicago se encuentra con una amiga de la infancia a la que hacía años no veía, Clare Kendry, y con la que compartía color de piel. Su amiga, que después de desparecer contrajo matrimonio ocultando su origen con un hombre de raza blanca y carácter racista, parece encantada con la idea de retomar el contacto, y eso produce en Irene sentimientos contradictorios.

     Lo primero que hay que hacer es situar esta novela a finales de los años veinte. Sólo así puede entenderse una sociedad como la que aparece reflejada en ella y el contrapunto existente entre las dos protagonistas. Irene, una mujer negra, con un matrimonio ordenado y consciente de su estatus que de vez en cuando se camufla para acceder a el mundo que le es vetado. Y Clare, una niña pobre que renegando de su origen accede al mundo de los blancos de forma permanente y que vive con un sentimiento de soledad acentuado al reencontrarse con Irene. Clare permite, incluso secunda, comentarios racistas en su familia, y eso la convierte en una suerte de traidora; sin embargo percibimos como su vida no es completa, como sigue añorando algunas de las cosas que dejó atrás; mientras que Irene, que no se oculta, parece desear también algo de lo que Clare tiene, cerrando así un complejo círculo en el que una mira a la otra en una difícil relación entre ambas. A través de la relación entre estas mujeres y sus familias, y de las reacciones que despiertan la una en la otra, se desarrolla una corta historia en la que además del tema racial se nos muestra la situación de la mujer en la sociedad de la época.
     Es una novela cargada de sentimientos desde la primera página con esa carta que recibe Irene, y también de significados entre líneas que la convierten en una lectura totalmente adictiva. Sentimientos que son rápidamente transferidos a un lector que no puede evitar escudriñar entre las letras para intentar exprimir aún más una historia que me ha dejado sorprendida y satisfecha. Una novela con un final absolutamente, magnífico, diferente a lo habitual y con una fuerza que hace que al cerrar el libro necesites recobrar el aliento reflexionando sobre lo que acabas de leer.

     Hoy traigo una de esas novelas cortas o relatos largos que tanto me gustan para leer en una tarde. Una historia de amistad, de riesgos, de secretos y decisiones que al final marcan vidas. Un libro que no puedo evitar recomendar.

     Y vosotros, siempre se habla de los libros tremendamente extensos pero, ¿también acudís buscando esos otros que por su corta extensión nos duran apenas una o dos tardes?

     Gracias
   

lunes, 7 de abril de 2014

La cocinera de Himmler. Franz-Olivier Giesbert


     "No soporto a la gente que se queja. El problema es que el mundo está lleno. Por eso tengo un problema con la gente.
     en el pasado podría haberme quejado en muchas ocasiones, pero siempre me he resistido a practicar algo que ha convertido el mundo en un coro de plañideras.
     Al final, la única cosa que nos separa de los animales no es la conciencia que estúpidamente les negamos, sino esa tendencia a la autocompasión que deja a la humanidad por los suelos."

     Me gustan los libros llevados por personajes fuertes, rotundos, que tengan realmente algo que contar. Por eso me gustó el más que famoso "Abuelo que saltó por la ventana..." y por eso cuando salió este libro me fijé inmediatamente en él. Hoy traigo a mi estantería virtual, La cocinera de Himmler.

     Conocemos a Rose cuando ya tiene 105 años y un restaurante en Marsella, momento que elige para relatarnos su vida. De este modo nos enteramos de la historia de los últimos cien años mezclada con la suya propia. Nace en pleno genocidio armeno, que la deja sin familia, vive la Guerra, la subida de Hitler al poder junto al Holocáusto judio y junto a un marido francés de origen judío. Y conoce a Himmler, viaja por Europa, china o Estados Unidos y aparece en momentos decisivos de la historia contemporánea.

     Giesbert nos regala en esta novela uno de esos personajes que buscan convertirse en inolvidables. Una mujer mordaz, deslenguada y valiente que sobrevive a un siglo lleno de sucesos que marcarán la historia. Una mujer además irónica, que no tiene pelos en la lengua para hablar de sexo y a la que no conseguimos ver en ningún momento como la anciana que se supone debido a la edad que tiene. Ese el realmente el punto fuerte de la novela, como ya nos suponemos desde el título junto a un tono que nos sacará más de una sonrisa incluso durante alguno de los terribles momentos que nos relatará la protagonista.
     De este modo seremos testigos del relato de una superviviente, puesto que es el rasgo más característico de la protagonista de la historia. Una mujer que nos relatará un siglo marcado por momentos terribles y con la que conoceremos la cara de un Himmler culto y casi blando y que nos hablará del maoísmo, del holocausto y de cocina.

     La novela es entretenida, con una estructura muy ágil y se dirige al lector de forma fresca, propiciando así una lectura rápida pese a que en algún momento se para un poco. Sin embargo yo me esperaba más, esperaba un personaje distinto, inolvidable como comentaba antes, sólido... y a esta cocinera le han faltado sentimientos. Si bien nos queda claro el sentimiento de venganza, muchas veces da la sensación de que se distancia de lo que nos está relatando (como en el episodio en el que pierde a su familia). Lo más destacable en este caso son las ocurrentes frases que salpican el libro y que hacen que el lector esboce una sonrisa en los momentos más insospechados.

     Una novela cargada de optimismo entre fogones, toques picantes y venganzas para disfrutar sin grandes pretensiones.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias

sábado, 5 de abril de 2014

Formas de leer




     Hace ya tiempo que se viene hablando de los distintos formatos de lectura que existen: básicamente el papel y el digital. Y es que todos tendemos a uno u otro formato nos digan lo que nos digan.

     Tengo que decir que en los últimos años cada vez alterno con más frecuencia el papel y el libro digital, pero admito que no es sólo por simple placer. Más que nada es comodidad. El libro digital me permite llevar en un formato mucho más manejable enormes libros o gran cantidad de títulos cuando salgo de vacaciones. Lo puedo sacar en cualquier parte y leer en el autobús o en el metro sin temor a estropear o dejar mutiladas las páginas de la historia que acompaña mis mañanas y mis tardes. Es así. Cuando se trata de leer por la calle, de avanzar en una historia a ratos muertos fuera de casa, o incluso cuando se trata de comparar precios, tendemos a lo digital.
     Pero el lector empedernido, muchos de los que aquí nos reunimos día sí día también, ama los libros desde el momento en que olemos la letra impresa. Y para eso necesitamos papel. Sentir la hoja que cruje al pasar entre nuestros dedos desvelando el siguiente capítulo de nuestra historia. Admirar las cubiertas y reconocer los títulos por el tono del lomo.
Adoramos encontrar títulos que no nos permiten desviarnos al nuevo formato. Historias como El maestro del Prado que vienen acompañadas de grabados que no se apreciarían igual bajo la forma pixelada de este siglo XXI. Títulos como La casa de hojas, que son todo un homenaje al libro clásico tanto por la concepción de la historia plagada de notas a pie de página, como en su estructura que sigue un aparente caos de líneas que suben y bajan y páginas prácticamente en blanco. Supongo que en algún momento llegue a los lectores en forma de ebook, y también su pongo que en el particular caso de este libro, la persona encargada de maquetarlo... bueno, digamos que no me gustaría estar en su lugar. Relaciones de personajes, mapas... a mi me influyen a la hora de decantarme por la compra en papel o digital.

     Hay un tipo de lector que prefiere seguir acudiendo a bibliotecas de vez en cuando, y que busca la excusa para seguir comprando papel. Sacrifica si es necesario el número de libros leídos y sabe perfectamente lo que es una desiderata de biblioteca (que tan mal están soportando la crisis). Agradecemos que haya libros con mapas, con relaciones de personajes, con mil y una aclaraciones aunque luego estemos tentados de saltárnoslas, porque nos dan la excusa perfecta para volver a nuestro amado papel. No admitimos si no es a regañadientes la idea de que el ratón de biblioteca ahora tendrá suficiente con un pendrive y nos apenamos cada vez que vemos que unas ventas ceden sobre otras. Por supuesto que compramos libros digitales, llegamos a más autores, a más títulos, es más rápido... Pero siempre terminamos mirando de reojo los libros de papel y optamos por ellos en la playa, por si la arena nos estropea el lector o porque el solo no nos deja ver bien; en la piscina, la palabra agua unida a digital no suele ser una buena combinación.

     Se habla, se dice, se comenta... las ventas suben o bajan, las cifras cambian. Pero decidme una cosa, si podemos elegir ¿optamos por el libro digital o el de papel?

     Gracias


viernes, 4 de abril de 2014

Ritual. David Pinner




     "Era un roble muy viejo. Una de las ramas más bajas se había quebrado recientemente. A unos dos metros más abajo, alguien había clavado al tronco la cabeza de un simio y tres flores de ajo con un alfiler de sombrero. Sin embargo, la niña que dormía bajo la sombra del roble parecía ajena tanto al árbol como a sus extraños aderezos. Ni siquiera se dio cuenta de que un grajo aleteaba hacia ella. Tampoco se percató del bisbiseo que producía la sangre al brotar entre sus incisivos y deslizarse garganta abajo. La sangre no tardó en mancharle el pelo color maíz, pero ni por esas se percató la niña. Porque no estaba dormida. Dian Spark tenía ocho años y estaba muerta."

     "La novela que inspiró "The wicker man" reza en la portada, así que pongo atención (no es lo mismo la de Nicolas Cage que la rodada a principios de los años 70) y, cuando veo que se trata de la película de Robin Hardy, me lo anoto como lectura inminente. Es por eso que hoy traigo a mi estantería virtual, Ritual.

     Conocemos a David Hanlin, un policía de Scotland Yard puritano y escrupuloso en sus normas, a su llegada al pueblo de Thorn para investigar la muerte de una niña cuya puesta en escena le lleva a pensar que se trata de una muerte ritual. Obsesionado en investigar al pueblo y sus habitantes, seguirá indicios de creencias y ritos paganos descubriendo las tradiciones más oscuras de los lugareños.

     Este libro, publicado en 1967 y llevado a la pantalla seis años después, tuvo un éxito medido pero continuado en el tiempo según he podido investigar. Tengo que decir que, pese a haber visto la película, no me enteré de su existencia hasta hace unos días. Pero fue traerlo a casa y desear finalizar la lectura que tenía entre manos para ponerme con él.

     Me he encontrado con una historia tremenda, perfectamente orquestada para intranquilizar al lector deseoso de acompañar a este inspector en su búsqueda de respuestas. No será la búsqueda del culpable lo único que nos intranquiliza sino la certeza de que cada persona tiene un lado oscuro, un lugar para guardar sus secretos y sus sombras y el miedo a que esas sombras se vayan a liberar. Porque vaya si lo hacen. Y se nos rebela así la naturaleza en todo su esplendor. Pero esta vez no se trata de una naturaleza como la que nos encontramos en esos vídeos que se mandan por mensajes y que van acompañados de melodías clásicas. La naturaleza tiene dos lados, y hay otro oscuro, que ronda lo instintivo, lo salvaje; y que va desde la hermosa flor que resulta ser carnívora, hasta la mejor de las sonrisas que se torna en cuestión de segundos en una mueca para ocultar los sentimientos de su portador.
     En un momento en que los puritanos vivían sabiendo que su actitud era la correcta, y en el que la sombra de la brujería atrapaba a cualquiera que no siguiera las normas, tal vez el miedo a encontrarla de frente pueda ser la peor de las maldiciones. El miedo a confundirnos, a ser tentados, a sucumbir, a no ser capaces de encontrar un culpable o a temer que todos en el pueblo sean culpables. Todo eso ha conseguido hacerme sentir Ritual. Exactamente igual que lo siente su protagonista.

     Podría hacer ahora referencia a varias películas o series que tienen perfiles comunes con el libro que hoy traigo, pero mi temor a desvelaros un final que tendréis que descubrir y luego leer hace que prefiera callarme. Porque Pinner consigue un final redondo. No busca sorprendernos con bruscos giros sino deja pistas como migas de pan que podemos coger o pasar de largo en ese oscuro bosque cuyo punto central es un roble viejo, muy viejo... tanto como las ceremonias rituales.

     Confieso que me he leído el libro en dos sentadas y que he sido incapaz de quitármelo de la cabeza durante esos días. Y vosotros, ¿os ha sucedido eso alguna vez con un libro?

    Gracias

miércoles, 2 de abril de 2014

Crímenes exquisitos. Vicente Garrido y Nieves Abarca




     "La furgoneta blanca subió lentamente con las luces apagadas por la estrecha carretera que llevaba al estanque de los patos. Eran las cuatro de la mañana. Todo estaba en completo silencio. De rato en rato, apareciendo tras alguna nube solitaria, la luz de la luna menguante iluminaba de forma muy tenue todo el parque, dándole un aspecto fantasmagórico al reflejo en las aguas verdosas."

     Llegas a una librería, pongamos Molist, y te recomiendan libros. Uno, el que traigo hoy. Miro la cubierta y recuerdo que ya lo tengo... y que aún no lo he leído. Así que cuando regreso a mi casa me pongo a ello. Me gusta, y al investigar siento que soy el último mono en leerlo... lo comento en un grupo de lecturas y deciden saltarse la conjunta para ponerse con él. Les gusta, les encanta. Al menos para entonces ya lo he leído. Pero ahora viene la duda, ¿qué digo que no hayan contado? Bien, en eso estamos. Hoy traigo a mi estantería virtual, Crímenes exquisitos.

     Conocemos a Valentina Negro y a Javier Sanjuan, inspectora de policía y criminólogo respectivamente. Y tenemos dos cuerpos con espectaculares puestas en escena, uno en Londres y otro en La Coruña. Valentina se encarga del caso de La Coruña y junto a Sanjuan unirá hilos en una apasionante trama en la que no faltan la corrupción o la trata de blancas y en la que tendrán mucha importancia Lua y Anido, periodista y fotógrafo.

     Estamos ante una novela que, de entrada, ya rompe con unos cuantos puntos habituales en estas historias: para empezar está escrita a cuatro manos, algo que siempre me llama la atención y que considero un riesgo, además su extensión es notablemente superior a lo habitual en las novelas del género negro y como broche os diré que si buscamos a un detective maduro, cansado y desgastado... no estamos en el lugar adecuado. De hecho y como si los autores reivindicaran el derecho a no usar al viejo sabueso, uno de los rasgos más repetidos de la protagonista del libro es su físico despampanante. Reconozco que me sonreí un par de veces con ello, ya que soy de las que suelen quejarse de los primeros, repetidos hasta el punto de parecerme desgastados al minuto de conocerlos.

     La novela, ambiciosa desde sus primeras páginas, nos introduce en un mundo que procura mantener un pie apoyado firmemente en la sociedad actual. Así, sin despistarse nunca la trama principal, irán apareciendo hilos que abriéndose como tentáculos. Nos sumergirán en un mundo en el que existe la corrupción a todos los niveles, hay trata de blancas, fraudes, prostitutas y sexo. De este modo el lector verá como la historia, y las páginas del libro, avanzan tan rápido como crecen sus ganas de conocer el desenlace. Un desenlace que  no solo está bien llevado, sino que además pone una guinda cuando ya no lo esperamos y que, tengo que decir, ha convertido esta parte en una de mis favoritas de la historia.

     Unos personajes sólidos, tanto los principales como los secundarios, completan esta novela que no pierde su negro color en ningún momento y la que os recomiendo acercaros. Añado, finalmente, que uno de los puntos más criticados ha sido la lista de marcas de ropa que aparecen en la historia. Bien, personalmente no me ha molestado, quizás porque ya lo viví con Patrick Bateman, y creo que forma parte de la puesta en escena de la novela a la que uno se acostumbra e medida que avanza.
     Comenzaba diciendo que los libros escritos a cuatro manos me parecían complicados, ya que muchas veces había desuniones. En este caso no es así y no soy capaz de distinguir si se han dividido las partes, o ha sido una única pluma la que ha dado la forma final a la historia para conseguir la homogeneidad que tiene. Pero me ha gustado, y tras leerla y recordando alguna de las frases que he leído a Nieves Abarca en las redes os puedo asegurar algo: es una novela negra, negra. Nada de negro mezclado con rosa palo.

     Muchas veces hemos hablado aquí de la extensión de los libros y de lo difícil que resulta que una historia no decaiga cuando se supera un determinado número de páginas. En este caso os puedo asegurar que el ritmo de lectura fue de menos a más.
     Y vosotros, ¿os sentís intimidados por los libros cuya extensión supera lo habitual?

     Gracias

martes, 1 de abril de 2014

Le ParK. Bruce Bégout




     "Lo habitual es que los nombres propios estén exentos de la obligación de significar algo. Si aparecen referidos a seres, no dicen nada de ellos. Existen excepciones a esta regla. Le ParK es un parque, si bien un parque distinto a los demás. Hay muchas clases de parques: para plantas, para animales, para hombres, parques de empresa, destinados a vehículos e incluso a aparatos averiados, parques de ocio, de encarcelamiento, de estacionamiento, de espacios protegidos. Le Park es eso y más. La K mayúscula subraya su singularidad absoluta."

     Hay libros que nos cuesta explicar, que son diferentes, llamativos, incluso extraños. y esos libros muchas veces exhiben sus rarezas ya desde sus títulos y cubiertas. Eso sucede con el libro que hoy traigo a mi estantería virtual. Hoy traigo, Le ParK.

     Antes de hablar de Le ParK lo haremos del narrador que nos lo cuenta, porque este libro no es más (como si eso fuera poco) que la crónica o relato de un periodista sobre un parque que está causando una verdadera revolución en la población mundial. Un periodista que relata cada parte con aparente frialdad, nos cuenta lo que otros sienten, no él, lo que otros intentaron, nunca él, el nos lo cuenta cínicamente, hipócrita, como si no le importara. Sin embargo pronto nos vamos a dar cuenta de que no es tan objetivo como nos dice, y también de que nosotros nos hemos ido poco a poco implicando en la lectura.
   
     Ahora vamos con el eje de esta novela cuya sinopsis no puedo poner puesto que carece de trama como tal: el parque. Situado en una isla, con un precio absolutamente escandaloso, Le ParK ofrece dentro de sus límites una espectáculo permanente que combina todos los parques del mundo. Poco importa si son zoos, atracciones, castigos, torturas o casinos: todos están allí entre miles de figurantes que pasean entre los contados visitantes que pueden atravesar sus puertas día a día. Se habla de dístopías, ucronías, fábulas literarias con cerdos en lugar de personas y, en este caso Bégout da un paso más. Nos muestra de lo que el hombre es capaz. La fascinación por lo que parece prohibido, por aquello a lo que no llegamos, y poco importa si es mirar a un accidentado mientras vamos conduciendo o contemplar como cae la noche y se despiertan bestias salvajes que nos han dicho pueden atacarnos.
     En palabras del propio autor, Le ParK es "como Disneylandia transformada por el Marqués de Sade" y no le falta razón cuando la atracción se mezcla con el peligro y el horror y sigue siendo atracción, o sigue resultando atractiva, hasta casi adictiva como lo puede ser una montaña rusa de esas que consiguen hacer despegar la adrenalina de sus nerviosos ocupantes.

     Os decía que no tiene argumento en sí, no es algo que le suceda a un visitante o una familia, ni siquiera lo personaliza en periodista/narrador. Y eso hace que adquiera una dimensión más real, como una noticia que nos contaran en un informativo, en la radio o en la prensa. Casi como si fuera el avance lógico de una sociedad que demuestra tener pocos escrúpulos con el sufrimiento ajeno y que se va desgastando de forma constante, se degrada... y quien nos dice que esta crónica no puede llegar a formar parte de uno de esos textos de anticipación. Sinceramente, espero que no.

     Le ParK ha resultado una lectura francamente interesante, que proporciona momentos de reflexión e interesantes conversaciones. Y también que empecemos a mirar disimuladamente determinadas actitudes de nuestro entorno. Porque a fin de cuentas, ¿no tiene algo de morbosa la sociedad en la que vivimos?

     Gracias